Aster de otoño: La Flor del 9 de Septiembre, Símbolo de Remembranza
Descripción de Aster de otoño
El Aster de otoño (Symphyotrichum novi-belgii), también conocido como Michaelmas Daisy, es una planta perenne que adorna los jardines en los meses finales del año, cuando muchas otras flores han dejado de florecer. Con sus delicados pétalos que varían entre tonos violetas, lilas, rosas y blancos, esta flor destaca por su centro amarillo brillante que simboliza esperanza y calidez en los días más fríos.
Originario de América del Norte y Europa, el Aster de otoño es resistente y adaptable, creciendo en climas variados y suelos modestos. Su nombre, derivado del griego “aster”, que significa estrella, refleja la forma estrellada de sus flores. Históricamente, el Aster de otoño ha sido una flor de jardín popular, apreciada por su capacidad de florecer cuando otras plantas comienzan a marchitarse, llenando el paisaje con un último toque de color y vida.
El significado floral de Aster de otoño: Remembranza
El Aster de otoño simboliza la remembranza, un homenaje a los recuerdos y la conexión con el pasado. Esta flor nos invita a reflexionar sobre las memorias que guardamos y a valorar las experiencias que han dado forma a nuestras vidas. En el lenguaje de las flores, el Aster también representa paciencia y elegancia, cualidades que se asocian con su floración tardía y su belleza serena.
Su capacidad para florecer en el otoño, una estación asociada con la transición y la melancolía, lo convierte en un emblema de los momentos significativos que permanecen en nuestro corazón, incluso mientras el tiempo avanza.
Una historia relacionada con Aster de otoño
Una antigua leyenda griega cuenta que los Asteres nacieron de las lágrimas de la diosa Astrea. Cuando Astrea miró desde el cielo y vio a los hombres luchando y sufriendo en la Tierra, lloró de tristeza. Sus lágrimas cayeron al suelo y, al tocar la tierra, se convirtieron en pequeñas flores con forma de estrella, conocidas como Asteres.
En la Edad Media, el Aster se convirtió en un símbolo de protección y esperanza. Era común plantar Asteres cerca de las casas para protegerlas de los espíritus malignos y atraer buena fortuna. Durante el festival de Michaelmas, celebrado en otoño, estas flores se ofrecían en altares como signo de gratitud y recordatorio de la conexión espiritual entre el cielo y la tierra.
Un poema inspirado en Aster de otoño
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El Aster de otoño, con su vibrante belleza en medio de los días grises, nos recuerda la importancia de honrar el pasado y encontrar consuelo en las memorias que iluminan nuestro presente. Su mensaje de remembranza perdura, como una estrella en la inmensidad de la noche otoñal.