Imagen de Alcea

Alcea: La Flor del 18 de Agosto, Símbolo de Pasión Ardiente

Descripción de Alcea

La alcea (Alcea rosea), conocida también como malvarrosa o hollyhock en inglés, es una planta herbácea perteneciente a la familia Malvaceae. Originaria de Asia y el Mediterráneo, esta flor es una joya en cualquier jardín, gracias a sus altos tallos que pueden alcanzar hasta tres metros de altura y sus flores de variados colores: blanco, rosa, amarillo, rojo e incluso púrpura oscuro.

La alcea es una planta resistente, capaz de crecer en suelos pobres y de florecer durante largas temporadas. Sus flores, en forma de embudo, se disponen en racimos verticales que destacan por su belleza vibrante y estructurada. Por estas características, la alcea simboliza la persistencia, la fuerza vital y la capacidad de sobresalir incluso en las condiciones más adversas.

El significado floral de Alcea: Pasión ardiente

La alcea encarna la “pasión ardiente”, un sentimiento intenso que consume el corazón y el espíritu. Sus colores brillantes y su porte imponente transmiten energía y entusiasmo, evocando la emoción desbordante de un amor profundo o una fuerte determinación.

Regalar una alcea es una manera de expresar admiración y deseo, así como el reconocimiento de una conexión vibrante y poderosa. En el lenguaje de las flores, también puede representar la esperanza y el renacimiento, pues la alcea siempre florece con renovada vitalidad.

Una historia relacionada con Alcea

En la mitología persa, se dice que la alcea nació de las lágrimas de una diosa llamada Anahita, protectora de las aguas y símbolo de fertilidad y amor. Según la leyenda, Anahita lloraba por un amor imposible, y de cada lágrima que caía al suelo brotaba una alcea, con colores que reflejaban las emociones de su corazón: rojo por su pasión, amarillo por su esperanza, y blanco por su pureza.

Las alceas fueron vistas como un recordatorio de la intensidad del amor y la vida. En los jardines de los templos persas, se plantaban alceas como símbolo de devoción a Anahita y de la capacidad del amor para trascender los límites de lo humano. A lo largo del tiempo, esta flor también se convirtió en un emblema de resistencia, pues las alceas crecían vigorosamente incluso en los terrenos más difíciles.

Un poema inspirado en Alcea

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Alcea, alta y majestuosa en el jardín,  
tu fuego arde bajo el cielo sin fin.  
Colores que cuentan pasiones profundas,  
en cada pétalo, la emoción se inunda.

Raíz tenaz en tierra árida o fértil,  
desafías al viento, a la sombra hostil.  
Eres llama que no se apaga jamás,  
una danza ardiente en cada compás.

Oh flor que al amor eterno evocas,  
con tus tonos vibrantes y formas locas.  
Alcea, testigo de emociones candentes,  
un símbolo vivo de pasiones ardientes.

La alcea, con su porte imponente y su rica historia, nos recuerda la importancia de abrazar nuestras pasiones y perseverar en la vida. Como esta flor, podemos crecer altos y firmes, floreciendo incluso en los momentos más desafiantes, mientras mantenemos viva la llama de nuestro espíritu.